domingo, 18 de mayo de 2008

El CEAM celebró con ‘bombos y platillos’ ocho años de servicio



El talento de los adultos mayores. El coro Edad de Oro de la CCE (arriba). Foto:EL COMERCIO

Con un encuentro artístico y musical, los adultos mayores festejaron a la institución. Hubo música y danza. Tienen en planes abrir una nueva casa en Calderón.

De frente, y alzando los brazos, Bertha Suárez, de 66 años, improvisaba un fragmento de la canción Atahualpa, mirándose en el espejo del baño. Sí, es que la fiesta de la celebración de los ocho años del Centro de Experiencia del Adulto Mayor (CEAM), no se vivieron, precisamente, en el escenario, sino más bien tras bastidores. Nerviosismo, incertidumbre y expectativa rodearon la fiesta. La espontaneidad de los adultos mayores fue el ingrediente principal.

“Diosito, que susto, no ve que no hay luz y me toca cantar a capela”, repetía sin cesar Suárez, mientras acomodaba con sus manos su anaco y pedía ayuda para que le coloquen su largo collar rojo.

“¡Qué linda voz Berthita!, cada vez nos sorprende”, decía Margarita Chicaiza, de 66 años. “Todo esto le debo al CEAM, aquí soy feliz”, señaló la abuelita quiteña.

Es que cada uno de los adultos mayores que integran la institución tiene algo que contar. Hay algunas abuelitas como Suárez, que cumplieron un sueño: el cantar. Otras como Piedad Balseca (69 años), encontraron amigos para aplacar la soledad. Hay nuevos amores como el de Carlos Peñaherrera y Cecilia Tamariz. Mientras a Olga Alarcón, el CEAM “le ayudó a ser feliz y ser niña”.

Una nariz roja, un traje multicolor y globos... les permitieron a los abuelitos, que diariamente asisten a la institución, dejar su soledad a un lado y empezar a jugar.

“Aunque no lo crea, aquí hemos jugado hasta la soga y la rayuela, la edad no importa, cuando se quiere vivir”, comenta María Cecilia Gómez. Ella fue una de las encargadas de recibir a los invitados. “Pasen y conozcan esta casa, si les gusta regresen pronto”. Al encuentro asistió la presidenta de la Fundación Patronato Municipal San José, Martha Miño de Moncayo, quien felicitó a los abuelitos por no dejar pasar el tiempo “y vivirlo al máximo sin dar tregua”.

Según Alberto Paz, director del CEAM, ahora hay 6 800 abuelitos.Aquí reciben clases gratuitas de pastelería, computación, danza y teatro. 80 instructores los ayudan: entre los planes está abrir una nueva casa en Calderón.

Paz cree que los ocho años han sido de logros. “Comenzamos con 20 abuelos, golpeando puertas, hoy somos más, eso nos motiva....”.

A Dolores Mendoza (68 años), la institución le ha cambiado la vida. “Aquí me desestreso, me operaron de la vesícula, y llegué enferma, con las risas y ocurrencias de mis compañeros soy sana....”.

En la cita se condecoró a la madre símbolo, Elsa Vizcaíno. Asimismo participó el coro Edad de Oro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, integrada por 20 abuelitos de 60 y 65 años. También el coro del CEAM. Allí Suárez pudo debutar y cantar a capela. Los nervios de a poco se le fueron. “Cumplí un sueño, que Dios les pague”.

El centro atiende de lunes a viernes, de 09:00 a 17:00. Está ubicado en la García Moreno y Loja. El único requisito para formar parte es ser adulto mayor, presentar la cédula de identidad y una foto.


Fuente: Diario EL COMERCIO, Quito, domingo 18 de mayo del 2008.