Cortesía de Diario El Comercio
El movimiento coral en el país trabaja sin pausa por mejorar. En Quito hay dos agrupaciones profesionales y varias vocacionales.
La actividad coral se ha mantenido viva durante décadas en el país. Aparte del trabajo independiente que realizan las agrupaciones corales, la realización de festivales universitarios, nacionales e internacionales han estimulado esta labor.
El Coro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana es uno de los grupos pioneros del movimiento coral ecuatoriano. En más de medio siglo de vida ha llevado su música a varios estratos del país. Su director, Jorge Jaramillo, considera que desde hace 20 años, la actividad coral se ha venido desarrollando de una manera más intensa. “Casi todas las universidades tienen un coro. Además, el público responde muy bien a la propuesta coral”.
El coro de la CCE ha llevado su trabajo a distintos barrios populares. Para Jaramillo, la música coral tiene una acogida muy especial entre la gente gracias al “carisma expresivo que logra conectar a la gente con la música”.
En Quito existen dos coros profesionales, el coro Pichincha (del Consejo Provincial) y el Ciudad de Quito. El resto son coros vocacionales que se preparan con mucha consistencia.Cecilia Sánchez, directora del coro Pichincha, cree que sigue buscando completar su profesionalización.
En sus casi 20 años de vida, este grupo ha tenido un constante proceso de renovación de sus integrantes.
Para conservar la calidad, la Directora apuesta por un ensayo diario de cuatro horas, tiempo en el que se ajustan las piezas del repertorio escogido.Sánchez explica que el coro que ella dirige no tiene límites en los estilos.
Lo mismo interpretan música religiosa, nacional o popular. “Hay que estar preparados para enfrentar a los distintos públicos con un repertorio variado”. Pero también ella cree que esta música puede acercar a la gente. “Hay muchos espacios para la música coral. Nosotros debemos formar al público, por eso hemos apostado por la innovación, sin que los detalles le ganen a la música”.
Entre los coros más grandes que se encuentran en la capital está el Coro Mixto de la Ciudad de Quito, que ahora pertenece al Teatro Nacional Sucre.En estos días, el grupo ensaya la obra de Giacomo Puccini ‘La Bohéme’, que será presentada en Quito, el 24, 26 y 28 de noviembre y la obra del renacimiento español ‘Teresica Hermana’, que será expuesta mañana, en Ambato.
Según su director, Gabriel Villafuerte, la actividad de cantar es fabulosa aunque económicamente no es muy rentable. “En Latinoamérica los espacios para que se desarrolle la cultura son muy reducidos”.Pero en otras ciudades también se destacan otros coros.
En Guayaquil está el Coro de la Universidad de Guayaquil, el cual durante 30 años ha sido el anfitrión en el Festival Internacional de Coros. También está el Coro de la Casa de la Cultura del núcleo del Guayas, el Coro de la Espol y el de la Empresa Eléctrica.En Cuenca está el Coro José María Rodríguez y en Loja, del Consejo Provincial, de la Universidad Nacional de Loja y el Coro de la Universidad Técnica de Loja; todos activos y vitales.
Fuente: Diario El Comercio
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